En este artículo os voy a explicar a grandes rasgos en qué consiste el trabajo de un asesor financiero, o coach financiero.
Para mí hay un primer punto fundamental, y es que los clientes lleguen a cumplir sus objetivos. Para ello el asesor financiero necesita disponer de una serie de información que se consigue gracias a:
Gran conocimiento del mercado. Qué productos financieros existen en el mercado y qué nivel de riesgo tiene cada uno.
Gran capacidad de empatizar con los clientes, saber escuchar y entenderlos, para averiguar y confirmar las necesidades financieras de cada uno.

Para empezar, el primer paso es una entrevista con el posible cliente.
En esta entrevista me gusta dejar que la otra persona hable, explique, no solo sobre cuáles son sus objetivos, sino sobre él o ella, su familia, su trabajo, su vida en general. Esto me permite hacerme una idea de cómo es ella y su entorno.
Una vez me hago una composición de la situación de esta persona, planteo si tiene un mínimo de necesidades cubiertas.
Algo de dinero disponible para emergencias, disponibilidad para pagar la vivienda, los estudios de los hijos, como afronta la jubilación y en qué condiciones tiene los ahorros invertidos.
Yo siempre digo que en mi profesión soy como un sastre que hace un traje a medida para cada cliente. ¿Por qué? Pues porque el sastre hace camisas y trajes, pero para cada uno lo hace con unas medidas y una tela distintas para que encaje a la perfección a la persona, y no encontraremos dos idénticos.
En el caso del asesoramiento financiero ocurre lo mismo: nosotros ayudamos a las personas a cubrir sus necesidades financieras, pero cada persona es única, tiene unas características, creencias y necesidades diferentes que nos hacen buscar hasta encontrar el producto financiero que más le conviene.

Partimos de una base que siempre es la misma, y sobre ella hacemos los ajustes personales.


En la base del asesor financiero hay un punto muy importante a tener en cuenta que aplicamos a todos los inversores , y sobre este, después vendrán los ajustes, pero esta norma siempre es muy aconsejable conservar: se trata de tener diversificados los ahorros en Corto, Medio y Largo plazo.
A corto plazo deberíamos disponer de una cantidad de seguridad para hacer frente a posibles emergencias. Por ejemplo se estropea y hay que cambiar algún electrodoméstico de casa, tenemos una factura imprevista del dentista, o una reparación del coche.
Una vez cubierta esta cantidad que podemos tener en la cuenta corriente, debemos hacer trabajar el restos de los ahorros para que no pierdan valor.
Una parte es recomendable tenerla a medio plazo, nos dará una rentabilidad justa pero la podremos disponer en 2 o 3 años.
Y la parte más importante para mí, y la que mayores alegrías da a los inversores es el largo plazo. En un periodo superior a 10 años, está demostrado históricamente que la economía siempre sube. Puede haber momentos de crisis, pero la historia nos confirma que a largo plazo las inversiones crecen. Uno de los motivos es el interés compuesto, y el otro es el tiempo.
Os pongo un ejemplo: Al final de una inversión de 30 años, tendremos más intereses generados que capital invertido.
Por ello me gusta recomendar a los jóvenes que empiecen a ahorrar con el primer salario. A mí personalmente me parece el momento más adecuado, ya que lo más habitual es que con el primer salario los jóvenes todavía viven con sus padres, con lo que les es fácil reservar una pequeña parte del salario para el ahorro.
Este ahorro bien gestionado les será de gran ayuda el día que quieran hacer una inversión como por ejemplo comprar una vivienda, o siempre lo pueden guardar para el futuro. Seguro que en algún momento importante de su vida agradecerán disponer de estos ahorros.
Si como la mayoría de personas no hemos empezado a ahorrar de jóvenes, no tenemos que temer, hemos perdido unos años fabulosos, pero estamos a tiempo. Siempre es buen momento para empezar, y el asesor financiero se encargará de ofrecernos diferentes opciones que encajan con nuestro perfil y necesidades.
Las necesidades pueden ser muy diferentes y dependen de las características económicas y personales: ¿tenemos ingresos? ¿Tenemos patrimonio?, ¿tenemos hijos? ¿Recibiremos una herencia? Según sea cada respuesta cambiará la forma de invertir porque tendremos unas necesidades u otras en el futuro.


Con todos mis clientes realizo una primera sesión de información totalmente gratuita y sin compromiso. Si es de tu interés puedes contactarme Aquí.